Kate Harker quiere ser despiadada como su padre. Y tras cinco años en los que pasó por seis internados, al fin regresa a casa para demostrar que puede serlo.

August Flynn quiere ser humano. Pero no lo es. Es un monstruo, capaz de robar almas con una canción. Es uno de los tres monstruos más poderosos de una ciudad plagada de estas criaturas. Y también es el arma secreta de su propio padre.

Kate y August son los únicos que pueden ver ambos lados, los únicos que podrían hacer algo. Pero ¿cómo te decides a ser héroe o villano cuando es tan difícil distinguirlos?

Internarse en un mundo creado por Victoria Schwab siempre es un lujo, y es también la principal razón por la que he decidido leer todos los libros de la autora. Me fascina su capacidad creativa, y es que para mí se ha convertido en una de las autoras más importantes de los últimos años. Después de haber leído La Ciudad de los Fantasmas, Una Obsesión Perversa y Una Venganza Mortal, llegó la hora de leer Una Canción Salvaje. Este libro forma parte de una bilogía, y aunque al principio no terminaba de arrancar, terminó gustándome mucho más de lo que esperaba.

Al comienzo de esta lectura me resultó algo complicado entender y ubicarme en el mundo que había creado Victoria. Aunque la introducción al worldbuilding es bantante extensa, desde el inicio se proporciona muchísima información nueva que hay que procesar y que puede resultar confusa. Aunque esto es lógico, ya que la autora nos está presentando un mundo completamente nuevo. Una vez que entendí cómo funcionaba Ciudad V, la historia empezó a fluir y todo fue mucho más fácil. Sí que es cierto que el inicio del libro es bastante lento e introductorio, pues Schwab se esfuerza en explicarnos cuál es la situación actual de la ciudad y nos va presentando a todos los personajes. Esto, para mi gusto, se alarga bastante, y no es hasta la página 220 cuando empieza la acción. Es a partir de este momento cuando toda la trama da un vuelco y se vuelve de lo más interesante, tanto que me resultó imposible dejar de leer y me terminé el libro de una sentada. El final me ha encantado y me ha dejado con la boca abierta en más de una ocasión.

Los protagonistas, aunque un poco cliché, están muy bien desarrollados, y es que August y Kate son dos personajes totalmente opuestos pero que se complementan a la perfección. Es imposible no enamorarse de ellos. También me gustaría destacar lo maravillosa que me ha resultado la narración de la creación de los monstruos. Esto es algo que me gustaría seguir viendo en el segundo libro, porque aunque en este se explica bastante bien, creo que no se le ha sacado todo su potencial.

En conclusión, Una Canción Salvaje es un libro que he disfrutado mucho, sobretodo con las últimas páginas, que están llenas de acción y giros en la trama. Espero poder leer su segunda parte, Un Dueto Oscuro, muy pronto porque no puedo esperar a saber cómo continúa la historia de Kate y August.

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