El libro está narrado en tres tiempos (1635, 1865, y algunos meses después) y dos lugares (The Bridge y el Hospital St. Joseph's). Elsie Bainbridge, la protagonista de esta historia, se encuentra en un hospital tras haber sufrido un accidente que no recuerda. A causa de este, queda muda y con la ayuda del doctor Shepherd descubrirá cuál ha sido el motivo de su estancia allí. Meses antes, y después de la trágica muerte de su marido Rupert en The Bridge, Elsie debe ir a esta casa situada en el pueblo de Fayford acompañada de la prima de su marido, Sarah. A su llegada, descubren una mansión destrozada y muy lejos del lujo que se le había prometido. Tras una toma de contacto con la casa descubren una buhardilla llena de antigüedades, entre ellas, unas espeluznantes figuras de madera pintadas y unos diarios escritos por una de los antepasados de la familia Bainbridge. Estos diarios cuentan historias horribles que le sucedieron a la familia en 1635, y que parecen tener relación con lo que le sucede a nuestra protagonista.

El argumento del libro me ha parecido perfectamente desarrollado, con una trama que se sostiene y una historia que queda muy bien solventada. No he percibido lagunas en la historia, ni carencias de ningún tipo. Como dije en la introducción, la autora ha sabido cómo mantener al lector atrapado entre las páginas de su libro. Me ha parecido una historia novedosa que tiene ese toque gótico que tanto me gusta y que hace que de vez en cuando se te ponga el vello de punta. El final es bastante desgarrador y para nada predecible, cosa que se agradece muchísimo. Sí que es cierto que he echado en falta un final más cerrado para la historia, pero quién sabe, quizás esto es sinónimo de una segunda parte.

En cuanto a los protagonistas, creo que la autora ha sabido darles a todos y cada uno de ellos una personalidad propia, profundizando en sus sentimientos y pensamientos. Hasta el personaje con menos importancia tiene sus características que le hacen diferente al resto. Esto hace que el libro cobre vida propia y que el lector sea capaz de empatizar con ellos generando una especie de conexión. A medida que se avanza en la historia y se van descubriendo secretos, esta conexión hace que resulte más impactante lo que está ocurriendo.

Por último, en cuanto al estilo de la autora, decir que me ha gustado mucho su forma de escribir. Laura consigue  con su narrativa, ambientar al lector en esa atmósfera lúgubre y tenebrosa que es tan típica de estos libros. Aunque si he de sacarle un pero es que he tenido que releer varias veces algunos diálogos porque no me quedaba suficientemente claro quién decía qué. También hay alguna que otra frase bastante enrevesada, aunque creo que esto puede ser cosa más bien de la traducción.

En conclusión, es un libro que recomiendo encarecidamente, ya que creo que reúne todos los requisitos para ser una lectura perfecta. Una trama bien desarrollada, unos personajes reales y creíbles, misterio de principio a fin, y un final que te dejará con la boca abierta. No puedes perdértelo.

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